Elogio al búho...

Un búho se ha posado
en el hombro de un busto de bronce
( La dormida ciudad sobre ambos
edifica el insomnio).
! Qué verán desde allí, altos y nobles
-pájaro y bronce-
los dos tan quietos, tan humanos?
¿ Y sus agudos ojos, qué rastrean:
hombres o roedores?
Pobres. son casi un bulto,
uno sin aletear la noche
y el otro sin salir de su escafandra.
Los dos intactos, mudos,
como una alforja en la luna.
Los dos reflexionando,
como implicados en la misma hazaña.
( Cualquier taxidermista que los viera
querría mejorar sensiblemente
la perpetuidad de la imagen)

Olga Maria Sain
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