He dormido en ti totalmente entregada,
los sudores nos saben, así como la tibia sensación
que nos despierta en la hora cóncava;
la aurora llena de bruma nos deja el aroma del silencio.
Envueltos todavía en la magia
tus dedos guardan mis caminos,
tu boca el enredo de mi senda.
Y mi ser no se desea separar de tu sortilegio.

Olga Maria Sain
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