Una extraña demencia
en mi cuerpo se mece;
es de hieles y rosas;
exquisita tortura,
que es luz en la noche
y oscuridad del alba,
que es elixir que mata
y veneno que salva.

Una extraña locura,
un racimo de rosas
dulce aroma del alma
que mi cuerpo lastiman
con espinas traidoras.

Es la extraña locura
de desear, de querer
eso que no se puede
y que no debe ser.

Olga Maria Sain
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