Desconecta el reloj
deja que tus latidos sustituyan ese tic-tac.
Pasan momentos que no se cuentan en horas,
ni en días, ni en años.
Pautada está la secuencia entre amaneceres,
contando vida en imágenes, en sentires,
en claroscuros que el alma no interpreta;
en la ráfaga de un deseo, escondida su timidez
en la sonrisa del llanto.
Ven amiga, amigo, hermano, hermana :
ven a tomar mi mano un tiempo,
su calor es lo que cuenta palpitando simpatías.
Contemplo el brillo de tus ojos
cuando me hablas,
cuando me miras,
cuando brillas en mi piel
como un abrazo.

Olga Maria Sain
©Derechos Reservados


Comentarios