Es ante el amor que el alma se desnuda.
Lejos de los rasgos de cordura el sentimiento la libera.
Caen lentamente uno a uno los miedos,
los fracasos, los ensayos, las certezas.
Se extiende un manto de dudas nuevas,
de tormentos idos e ilusiones frescas.
Una orilla se comienza a ver al otro lado de las heridas,
más cerca de los espejos donde crecen las ansias,
y las despedidas son lejanas
ancladas en un encuentro que le ofrece al hombre
la posibilidad de vivir.

Olga Maria Sain
©Derechos Reservados

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