El poeta

Todos los rascacielos del mundo lo aplastaron
y las estridencias del progreso le martillaron
la concavidad de los sueños;
los oropeles, los status y los ujieres le pasaron
por encima,
pero al atardecer
cuando el sol actúa de revelador de las sombras
el poeta resucita
y restituye los bosques que se talaron,
el aire y los ríos que se contaminaron
luego
por la noche
una caravana de resurrección clama por la luz
primigenia,
por la pureza de los panes
y la salobre virginidad de los peces,
por las noches incendiadas de galaxias
y el aroma cósmico del espacio infinito.

Olga Maria Sain
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