En ésta soledad de mar, arena y aire,
de palomas y golondrinas
abre tu corazón y conviértelo en nido
donde pueda detener mi vuelo.
Soy errante peregrina
en busca de paz y amor
y por qué no de un mundo lleno
de ternura, comprensión.

Escucha: tu soledad y la mía
pueden construir un universo diferente
Si eso ocurre:
¿Quién lo habitará?
¿Hombres sin vocación de guerras?
¿Hombres sedientos de paz?

Nosotros comencemos ya
préstame tus manos florecidas de caricias.
No te vayas, amigo errante
no regreses al pasado, a tu río gris.
Mi corazón canta de gozo enamorado.

El mundo nuevo está cerca,
vayamos de la mano para lograr
por siempre alcanzarlo y vivirlo.
¡Nuestros hijos serán felices!

Tú y yo gozaremos el esplendor
de una soledad diferente.

Olga María Saín
©Derechos Reservados
Olga María Saín
©Derechos Reservados



Comentarios