Quiero decirte que deseo que nada te hiera,
que nada traspase tu sonrisa y la calle,
que nada arrugue tu frente, ni tu alma.
Decirte que me enfrento cada día a la encrucijada
de ser tu alegría, tu calma y tu nido.
Decirte que te necesito intentando ser feliz.
Y que soy feliz, al saberte intentándolo conmigo.

Decirte que desde que somos, soy,
y que siendo lo que siento te abrazo,
y en ese abrazo me doy.
A mi piel la cubre la tuya y la cuida,
tú siembras mi vida.
Y en ella el sol no amanece al día, sino a nosotros dos.

Olga María Saín
©Derechos Reservados

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