Se despega el alma de mi piel
hasta tu ausencia
Luego imprimo tu nombre
en las palmas de mis manos,
para llorar sobre él,
sin pronunciarlo siquiera.
Las lágrimas son llamadas
entre signos de quimeras
y sin embargo
voy rumbo a tu orilla,
esa que nunca alcanzo,
que se desvanece
cuando me acerco.
Hoy quiere retornar el monólogo;
en la atrofia de la añoranza
he donado tu retrato
al rincón del olvido,
mientras alargo los brazos
cuando llamas a mi puerta.
¿O tal vez es un sueño ?
La vida no colecciona minutos,
tan solo suelta pompas de jabón
para que se desvanezcan.
Luego, un saludo,
casi burlón en el espejo :
- Hola vida, ¿Que traes hoy ? -
Y se encoge de hombros
detrás de la imagen que refleja....

Olga María Saín
©Derechos Reservados


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