Cerca de mí, en mí
el fenómeno carnal
cumpliéndose
mientras comprometo
éste hueco de tiempo concedido
diciéndome
cuál es el precio que debo pagar
por cada intromisión de la mentira,
del recuerdo agobiado
o del hechizo:
y cuan válidos son los argumentos
que postula otro instante por sobrevivir.
En mí, como una alegoría inapelable
que endurece el destino,
sensación expuesta hacia los días
lo móvil que deviene acto
y se conjuga en los actos del mundo,
aquí fugaz, allí puro elemento,
y en su trazo una luz coloquial
donde pulir su alcance.
Porque hoy respiro de ésta realidad:
a cada paso una voz me responde
por lo que no ha sido
y otro aliento secreto me descubre,
otro esfuerzo me llama.
otro calor humano me levanta.
Si,
sangre en la sangre, pensamiento y signo,
volumen obstinado el de mi cuerpo.
Y el arduo insomnio de la tierra para continuar.
Olga María Saín
©Derechos Reservados
el fenómeno carnal
cumpliéndose
mientras comprometo
éste hueco de tiempo concedido
diciéndome
cuál es el precio que debo pagar
por cada intromisión de la mentira,
del recuerdo agobiado
o del hechizo:
y cuan válidos son los argumentos
que postula otro instante por sobrevivir.
En mí, como una alegoría inapelable
que endurece el destino,
sensación expuesta hacia los días
lo móvil que deviene acto
y se conjuga en los actos del mundo,
aquí fugaz, allí puro elemento,
y en su trazo una luz coloquial
donde pulir su alcance.
Porque hoy respiro de ésta realidad:
a cada paso una voz me responde
por lo que no ha sido
y otro aliento secreto me descubre,
otro esfuerzo me llama.
otro calor humano me levanta.
Si,
sangre en la sangre, pensamiento y signo,
volumen obstinado el de mi cuerpo.
Y el arduo insomnio de la tierra para continuar.
Olga María Saín
©Derechos Reservados
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