Dejemos que la noche atraviese los espacios
que creímos necesarios tiempo atrás,
dejemos que nuestro universo se llene de luces nuevas
y la aurora lejana se encienda entre los sueños.
Dejemos que el mundo se admire de lo nuestro
que en su parpadeo perplejo nos mire y descubra
que somos, más allá de cualquier bruma,
amor, canto, suelo y cielo para pisar en tierra firme
concretando los sueños de volar alto
y permitirnos siempre recrearlos.
Dejemos que la noche atraviese los espacios.
Y se admire ella del misterio de nuestro amor.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
que creímos necesarios tiempo atrás,
dejemos que nuestro universo se llene de luces nuevas
y la aurora lejana se encienda entre los sueños.
Dejemos que el mundo se admire de lo nuestro
que en su parpadeo perplejo nos mire y descubra
que somos, más allá de cualquier bruma,
amor, canto, suelo y cielo para pisar en tierra firme
concretando los sueños de volar alto
y permitirnos siempre recrearlos.
Dejemos que la noche atraviese los espacios.
Y se admire ella del misterio de nuestro amor.
Olga Maria Sain
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