Veneno que habitó en mi traído por el viento,
me confunde, me aletarga
y se desliza por el alma convirtiéndola
en un caleidoscopio de cristales;
bebo melancolía con un sorbo del cielo
y un preludio de terciopelo me cubre con su manto,
soy enredadera en el sótano de mi tiempo
entre contrastes y disonancias.
Estoy y soy cruel juguete de precipicios que me erizan;
en un proceso erosivo las capas de la nostalgia
y sentimientos en letras existenciales no exoneran mi vida.
Yo estoy envenenada, habitada por el viento.
como una planta adusta que no sabrá de flores.

Olga Maria Sain
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