Enloquece la sangre
Los cortes se hicieron con silencios,
ángulos agudos, cielos encapotados
Es poco probable un acuerdo que me aleje
de las hendiduras oscuras del alma de la noche.
Vivo a la sombra de la visión perdida.
Lentamente se forma la huella
desde lo alto me digo:
Déjate caer
Sé que entre el zumbido de mis resquicios abiertos me recuperaré.
Herida
Extinta
Llena de presagios.

Olga María Saín
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