Me fui
y
regresé.
Me quedé
en la memoria
que no tiene prisa
donde las imágenes
son inmortales, eternas
donde se fecundó el recuerdo,
donde el mundo es una luz
o una sombra.
Me fui
y
me asombré
de la eternidad de un instante,
olvidando de cuajo
éxitos,
derrotas
en ésta brevedad
entre el insomnio
y el amanecer.

Olga María Saín
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