Bien sabes que te estremeces
pues puedo tocarte sin rozar tu piel y besarte sin labios;
puede mi alma tocar la tuya y mi cuerpo tu deseo,
alcanzarte sin mover mis manos,
danzar en tu mente sin que puedas evitarlo.
Por sobre todo puedes tú estremecerme.
Tocarme sin rozar mi piel, besarme sin alcanzar mi boca.
Puede tu alma anidar mi calma y hacerse tormenta el deseo.
Puedo mecerme en el desvelo con tu nombre entre mis sienes.
Y en una aurora que se apena al no tenerte,
volverme presa de esta libertad ausente
que me marea hasta enloquecerme.
Bella locura que tienen aquellos que se atreven a sentir sin mentirse

Olga Maria Sain
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