En mi habita una paz fría,
desnuda en mis desiertos interiores
donde los pasos resuenan y sus ecos
son perspicaces, secos.
Y al final del viaje exigente, de la ardua jornada
vuelvo a encontrarme vulnerable y transida
como una herida abierta.

Olga Maria Saín
©Derechos reservados

 

Comentarios