La soledad puede a veces ser un bálsamo
para nuestras heridas,
un momento que apreciamos la vida por nosotros mismos,
un lugar donde refugiarnos del exterior:
o puede convertirse en una presencia casi metálica,
dura, fría, imposible de cargar...
Lo importante, la verdadera importancia de la soledad,
es aprender de ella.
Si uno busca desesperadamente la compañía
se encontrará siempre con la compañera soledad.
Aprendamos a entenderla, a llevarla y hasta a disfrutarla...
y allí cuando ella sienta que ya no la padecemos
partirá sola dejando lugar al amor.

Olga María Saín
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