Lluvia redentora
como agua bendita
despeja las lágrimas,
saca las sombras,
expulsa los espectros
que nos sepultan en la desidia,
que nos quitan el nombre,
las ganas, la sed.
Solo quedas tú;
y tu nombre flotando,
acariciando mi alma.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
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