Los que saben disfrutar la lluvia saben
que la esencia de ella es su sonido;
ese golpeteo suave y distinto sobre el sentir callado
y los desnudos vestidos.
Los que saben disfrutarla saben
que el murmullo de su arrullo es el justo y necesario.
Ella es cómplice de llantos surcando nuestros rostros
confundiendo las humedades.

Los que sabemos disfrutar la lluvia lo sabemos.

Olga Maria Saín
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