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Mi dolor es mudo
vive en mis ojos
allí nace y muere
en silencio resignado,
después lo sepulto
junto con las lágrimas
húmedas, saladas,
lo acompaña mi angustia
transida, lacerada.
Y así pena tras pena
me alejo despacio
de todo lo que quise:
estoy calma, serena.
Olga María Saín
©Derechos Reservados
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