Y las alas se cerraron, despacio.
dando lugar al abrazo tan necesario.
El propio. El que habla de alcanzarnos,
de limpiar las heridas que sanan el alma.
Y rozar la calma sabiendo
que mañana nacerá un nuevo día para que
las alas abracen, te abraces, nos abracemos.
Olga Maria Saín
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