Y sin embargo una voz cercana a mis oídos se desliza temprano.
Como una caricia estremecida entre sus manos
llega hasta mí y se siembra.
Despierta mi alma a su alma y me consuela
sabernos una sola voz, una plegaria.

Tú caminas conmigo
y no hacen falta pasos para andar a la par.

Olga Maria Saín
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