Las aceras hierven en ideas
aparecen en mi piel los signos de la tuya
y por más que no quiera
mi interior cambia su apariencia,
en mi pecho late una montaña
y me muestra en los escaparates tu cara,
con tu rostro bajo el brazo
me confundo en la maraña.
Quiero partir el tiempo en cien pedazos
y vivir lo que me tocará mañana,
desnudarte con un soplo de brisa
y besar tu guiño de sutil malicia.
¿Qué esto es imposible?
No me importa. Hace tiempo no estoy cuerda
camino en la vereda incorregible
de vivirte en un trozo de mi cielo.
Me estoy quemando;
aquello que necesito lo he encontrado
pero aún sigo extrañando…
Olga María Saín
©Derechos Reservados
aparecen en mi piel los signos de la tuya
y por más que no quiera
mi interior cambia su apariencia,
en mi pecho late una montaña
y me muestra en los escaparates tu cara,
con tu rostro bajo el brazo
me confundo en la maraña.
Quiero partir el tiempo en cien pedazos
y vivir lo que me tocará mañana,
desnudarte con un soplo de brisa
y besar tu guiño de sutil malicia.
¿Qué esto es imposible?
No me importa. Hace tiempo no estoy cuerda
camino en la vereda incorregible
de vivirte en un trozo de mi cielo.
Me estoy quemando;
aquello que necesito lo he encontrado
pero aún sigo extrañando…
Olga María Saín
©Derechos Reservados
Comentarios
Publicar un comentario