Frente a frente,
nosotros dos,
tú y yo
somos uno,
y a la vez dos.
Somos un instante,
único, eterno, hermoso,
inadecuado e inoportuno.
Somos nada
en los libros de la felicidad,
nada en el espacio.
Dos bocas que nunca se besarán.
Somos lluvia en el mar,
arena en el desierto,
hojarasca en el viento.
Frente a frente
solo en sueños miradas muertas antes de nacer,
pájaros sin alas en árboles sin hojas.
Somos sangre derramada
en el espejo del dolor.
Somos un sueño,
un deseo que no vio la luz,
la nada que deseó ser todo;
dos corazones paralelos
que nunca llegarán a encontrarse.
O tal vez no somos.
No fuimos.
Ni seremos.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
nosotros dos,
tú y yo
somos uno,
y a la vez dos.
Somos un instante,
único, eterno, hermoso,
inadecuado e inoportuno.
Somos nada
en los libros de la felicidad,
nada en el espacio.
Dos bocas que nunca se besarán.
Somos lluvia en el mar,
arena en el desierto,
hojarasca en el viento.
Frente a frente
solo en sueños miradas muertas antes de nacer,
pájaros sin alas en árboles sin hojas.
Somos sangre derramada
en el espejo del dolor.
Somos un sueño,
un deseo que no vio la luz,
la nada que deseó ser todo;
dos corazones paralelos
que nunca llegarán a encontrarse.
O tal vez no somos.
No fuimos.
Ni seremos.
Olga Maria Sain
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