Tarde de lluvia.
Frío.
Proveerse de lo imprescindible.
Elegir un lugar cálido, una almohada.
Un manojito de angustias.
Y un pañuelito suave de tela, de los que se pueden apretar en un puño.
Por si las dudas.
Por si quizás.
Por si tal vez…
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
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