Truena el abismo otrora silencioso.
Limita con el mar que posee los exilios.
El alma se encuentra en la metamorfosis,
se precipita entre soplos que yacen en mi pecho,
con miedo al frío y a la soledad del despertar.
Solo el manto de la indiferencia
cubre la incertidumbre
de no saber hacia dónde ir.
Cómo escapar.
Olga María Saín
©Derechos Reservados
Limita con el mar que posee los exilios.
El alma se encuentra en la metamorfosis,
se precipita entre soplos que yacen en mi pecho,
con miedo al frío y a la soledad del despertar.
Solo el manto de la indiferencia
cubre la incertidumbre
de no saber hacia dónde ir.
Cómo escapar.
Olga María Saín
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