Eco lejano

Le quito horas al sueño
para vivir sumergida en palabras.
dejo de respirar aire
para respirar frases.
Navego el río de la vida,
por las ríadas de la confusión
que atraviesan sin piedad el corazón.
Escapo de los océanos de la certeza,
viajo a los parajes de la incertidumbre,
cediendo el timón al deseo,
acallando la razón.
Escucho, lejano, el eco de tu voz...
Y nace, al fin,
mi poesía.

Olga Maria Sain
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