El cielo aún existe.
Está entre nuestros dedos entrelazados,
en el deseo que no se aleja,
en la esperanza que nos abarca.
El cielo aún resiste pesos, desaires, todas las circunstancias.
Y ese rumor a lluvia que se hace magia entre las manos
cuando en el silencio de la noche aún se extienden.
Y se extrañan.

Olga Maria Sain
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