No hay tiempo más precioso que el preciso lapso en que te necesito,
te busco, te hallo y me encuentro.
Sin más misterios que el que hemos descubierto,
felices en el acierto de elegimos cada día.
Tal vez no hay mayor osadía
que la de querernos y sabernos cómplices del amor.

Olga Maria Sain
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