Voy a lustrar el olvido para que me secuencie un jubileo,
un proyecto sin premeditación.
! Escribano ! ponga una fecha cualquiera ,
después deje el libro en blanco
ya llenaré de coloridos sus oscuras tapas,
un cuadro que a veces se abre para secuestrarme en su jardín,
en sus escondites de setos, al arrullo de su fuente.
-Hola jardinero un pétalo se ha caído ¿Puedo volverlo a su flor? -
Huele a lluvia de verano. Desperté del sueño.
El olor estaba en mis manos, en el deseo de su ternura,
en las huellas de unos besos, aquéllos que no quise guardar
y siempre regresan cosquilleando;
un juego que deslinda amores en el delantal de la nodriza.
La taza de leche humea en la mesa, un trozo de pan untado de mermelada. Acomodo mis trenzas algo despeinadas
la risa suena a campanadas.
Me estaba mirando en un espejo que apenas ilumina la lámpara
y un recuerdo a hurtadillas se ha metido en el cristal.
Olga Maria Sain
© Derechos Reservados
un proyecto sin premeditación.
! Escribano ! ponga una fecha cualquiera ,
después deje el libro en blanco
ya llenaré de coloridos sus oscuras tapas,
un cuadro que a veces se abre para secuestrarme en su jardín,
en sus escondites de setos, al arrullo de su fuente.
-Hola jardinero un pétalo se ha caído ¿Puedo volverlo a su flor? -
Huele a lluvia de verano. Desperté del sueño.
El olor estaba en mis manos, en el deseo de su ternura,
en las huellas de unos besos, aquéllos que no quise guardar
y siempre regresan cosquilleando;
un juego que deslinda amores en el delantal de la nodriza.
La taza de leche humea en la mesa, un trozo de pan untado de mermelada. Acomodo mis trenzas algo despeinadas
la risa suena a campanadas.
Me estaba mirando en un espejo que apenas ilumina la lámpara
y un recuerdo a hurtadillas se ha metido en el cristal.
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