Abrázame suavemente, casi sin rozarme,
en silencio, tu latido en mi latido,
tu aliento en mi aliento.
Que no te sienta.
Una sonrisa asomará a mis labios
sin tensar apenas la piel,
sin rozar el tiempo.
Deja solo evaporarse
tu perfume en mi cabello.
Un ligero déjà-vu
una bruma sin rasgar.
Luego, el vapor de un parpadeo
interrogando a la noche
para abandonar los secretos
en las redes del silencio.

Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
 


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