Siempre llego muy tarde,
busco y corro a ese pájaro
que tiene el trino pletórico de elogios.
Me demoro y acostada en la arena
vuela mi pensamiento, se me pierde
y lo rescato sutilmente en
el anverso de un claro verso
donde descubro tu alma de luz,
de soles, de esperanzas.
Agradezco a las ninfas
que inspiran tu poesía.
Y te traen hasta mí.

Olga Maria Sain
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