Y amanecimos así,
en el espacio rojo del disturbio
dando por entendido que el pensamiento
no se trastocaría al habitar
ese artificio fantasmal,
sino que miraría
entre el vapor y lo demás incierto
la obviedad concreta de que todo
se fingiera oculto.
Hasta la fragancia del perfume
retornaba a nosotros
como un vínculo celosamente consentido.
Y el amor reposaba
Indemne.
Protegido
Desde la trama calmada de la primera noche
alejé las caricias agradeciendo…
Los espejos de mi desnudez huyeron con un susurro inacabado.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
en el espacio rojo del disturbio
dando por entendido que el pensamiento
no se trastocaría al habitar
ese artificio fantasmal,
sino que miraría
entre el vapor y lo demás incierto
la obviedad concreta de que todo
se fingiera oculto.
Hasta la fragancia del perfume
retornaba a nosotros
como un vínculo celosamente consentido.
Y el amor reposaba
Indemne.
Protegido
Desde la trama calmada de la primera noche
alejé las caricias agradeciendo…
Los espejos de mi desnudez huyeron con un susurro inacabado.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
Comentarios
Publicar un comentario