Busco reconocerme en tu mirada, aunque no estás
hace ya tanto tiempo…
¿Cómo contar las horas, los días, meses o años?
Sesgos perdidos, caminatas en círculos horadando el suelo
sin dejar que otras semillas puedan aflorar.
Aunque las lágrimas rieguen ese entorno
suelen ser ácidas, queman la tierra, cuartean la piedra.
Miro el calendario con atávico gesto,
y vuelvo mi cabeza a los secretos de un rincón,
donde la agenda sigue guardada desde aquel día
tratando de retener lo venidero.
Me entretuve esta noche en las esquinas del sueño
jugando a desandar la vida...
Y ella, la que se encontraba en el iris de tu ojos
cerraba los suyos para seguir a tu lado.
Olga Sain
©Derechos Reservados
hace ya tanto tiempo…
¿Cómo contar las horas, los días, meses o años?
Sesgos perdidos, caminatas en círculos horadando el suelo
sin dejar que otras semillas puedan aflorar.
Aunque las lágrimas rieguen ese entorno
suelen ser ácidas, queman la tierra, cuartean la piedra.
Miro el calendario con atávico gesto,
y vuelvo mi cabeza a los secretos de un rincón,
donde la agenda sigue guardada desde aquel día
tratando de retener lo venidero.
Me entretuve esta noche en las esquinas del sueño
jugando a desandar la vida...
Y ella, la que se encontraba en el iris de tu ojos
cerraba los suyos para seguir a tu lado.
Olga Sain
©Derechos Reservados
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