Busco una palabra, la más sencilla,
la que rompa el silencio amigablemente,
como madre que despierta a un niño.
Esa que cada día se pronuncia una y mil veces
en distintas voces.
Por la mitad del diccionario, al azar en un libro,
las que se arremolinan en mi loca cabeza
en un desorden impaciente.
Miro y nombro los objetos que me rodean
¿La encontraré ?
Hay tantas que ya me he perdido en un vacío paréntesis.
Vuelvo a empezar mi torpe peregrinaje.
¿Y si ella me buscase a mí?
Juega a esconderse
entre mis ropas,
en mis cabellos,
en el cuaderno de notas,
en la agenda del año,
en cualquier día.
Tal vez esté ya escrita
y no me di cuenta.
Olga Sain
©Derechos Reservados
la que rompa el silencio amigablemente,
como madre que despierta a un niño.
Esa que cada día se pronuncia una y mil veces
en distintas voces.
Por la mitad del diccionario, al azar en un libro,
las que se arremolinan en mi loca cabeza
en un desorden impaciente.
Miro y nombro los objetos que me rodean
¿La encontraré ?
Hay tantas que ya me he perdido en un vacío paréntesis.
Vuelvo a empezar mi torpe peregrinaje.
¿Y si ella me buscase a mí?
Juega a esconderse
entre mis ropas,
en mis cabellos,
en el cuaderno de notas,
en la agenda del año,
en cualquier día.
Tal vez esté ya escrita
y no me di cuenta.
Olga Sain
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