Este es mi cuadro y lo pinto como quiero.
Elijo los tonos, los matices, las palabras, los deseos,
los acordes, los bordados, las danzas, los sueños.
Es mi obra y la voy construyendo.
Cincel en mano, pincel en cuerpo.
Haciendo y deshaciendo. Detalles y misterios.
Cómplices: el tiempo y la experiencia.
Altos en exigencias son los únicos a los cuales respeto
siempre y cuando se atengan a las consecuencias.
Y a los desvelos.
Es mi legado, mi huella, mi ofrenda.
Mi mío. Mi siembra.
Lo miro. Lo observo. Lo siento.
Lo cuido. Lo corrijo. Lo comprendo.
Y en algunos tramos, me interno en él.
Y soy su lienzo, trazado y tramado de mi sentimiento.
Lo respiro. Lo vibro. Lo contemplo y lo asimilo.
Es mi cuadro. Mi obra. Mi destino.
Y como tales, los voy construyendo.
Creando. Y viviendo.
Mi conjuro. Mi silencio. Mi expresión.
Mi universo.

Olga Sain
©Derechos Reservados

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