Intento apilar los años que han pasado con tu presencia ausente,
llantos y risas, otros recorridos ofrecidos entre vacíos a tu recuerdo...
Y el hueco se hace abismo y el abismo se vuelve negrura
como si yo solo fuese un sueño de alguien que no me sueña...
Mariposa sin alas, ¿intentas el vuelo?
- Me reflejo en el cristal -.
Trato de inventar engaños para mi mente, pero ella se ausenta:
tal vez solo es el recorrido de un libro escrito ayer
el que repite inconsciente la vida en ese después
del tacto de tus manos,
de tu pelo en mi mejilla,
del olor de tu piel,
de la voz que todavía puedo escuchar grabada en mi memoria.
Sí... me devuelve ecos extraños, descoloridos.
Desdeño la añoranza apagando su candil ya extinguido.
Pero se desliza sin pedir permiso, arandela de luz que recorre
la noche que deslumbra a mis ojos cerrados.

Olga Sain
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