Quisiera ser sueño en la vida y vida en el sueño.
Tal vez siempre sea vida y sueño,
como cara y cruz de una moneda flotando el aire.
Cuando ella caiga no he de mirar,
la esconderé en mis manos, la sentiré en las palmas,
como fuego de terciopelo, como hielo de sol de vibrante estío.
Después la guardaré enterrada en los rosales y la olvidaré para siempre.
Sueño-vida, vida-sueño, no sueltes la emoción
que no sabe donde aferrarse,
que intenta ir a la deriva,
que se recuesta en un claro del sendero
para dormirse eternamente, mientras voy surcando
la vida en su danza de vaivenes
y continúo subiendo escalones sin contarlos,
luego los voy bajando para subir de nuevo.
En tanto, no cuento momentos, solo los atrapo
como a briznas de polvo y soplo sobre ellos.

Olga Sain
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