Te abrazo lentamente para no perderte a ti que no me conoces.
No dejes que mi voz quiebre tu atención.
Varada en los limbos que llevo a mis espaldas
quiero ser un momento vaho de tu aliento
sobre el mojado destilar del rocío,
en esta noche fresca de luna menguante
que tiñe de blanco la caída de las hojas del solitario sauce.
Olga Sain
©Derechos Reservados
No dejes que mi voz quiebre tu atención.
Varada en los limbos que llevo a mis espaldas
quiero ser un momento vaho de tu aliento
sobre el mojado destilar del rocío,
en esta noche fresca de luna menguante
que tiñe de blanco la caída de las hojas del solitario sauce.
Olga Sain
©Derechos Reservados
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