Tal vez nada sea tan cierto como este mar intenso de vivencias y sentires.
Estas historias de palabras que callan y convierten los silencios en susurros, que acompañan los vaivenes de la espera y de la gracia.
Las de acortar distancias y elevar cielos con el único desvelo de encontrarnos en un espacio de tiempo
que no nos sea extraño sino bellamente buscado. Y por ello tan necesario.
Ese lugar que construiremos sabiendo que somos lo que sentimos,
convencidos que ahora es el momento.
Soy de las que piensan poco en fundamentos.
Y de las que invitan a que nos dejemos llevar por el preciado don de permitirnos.
Si así lo elegimos, que así sea.

Olga Sain
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