Entras con la brisa suave, pero intensa.
Lejos de ser meta apareces pleno, acompañándome.
Dulce armonía es la de sabernos cómplices y dueños de ser y elegirnos,
de dar.
Concebirnos únicos, distintos
y amantes extremos de lo que sentimos.
El mundo
que mire, apruebe o desapruebe.
Nosotros somos fuera de él.
Sonrisas por crear
y comprender
que hay un universo solo nuestro
en el decir de las bocas
y en el silencio que guarda
este beso.

Olga Sain
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