Estás en mis silencios austeros, tibios.
En ese universo te respiro y te alcanzo mío.
Estás en mis secretos,
En el murmullo inquieto de mi fantasía,
En la caricia suave de esa melodía nuestra que te trae
y te acerca.
Estás en la cornisa que existe entre los sentidos y el desvelo.
Entre los miedos y el desafío.
Estás en el suspiro y en la contienda del ansia desmedida y la ternura cierta.
Estás en mí, despierta.
Y en mis sueños ya dormida.

Olga Sain
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