Cada forma de expresión es única.
Esto no es algo nuevo.
Cada ser es único en su expresión,
aunque intente parecerse a otros.
Aunque así lo dicte su educación,
los modales aprendidos, su acentuación,
las reglas de convivencia, las de la existencia,
y supervivencia, por qué no.
Cada ser es único en su expresión.
¿Por qué entonces callarla?
¿Por qué silenciarla por distinta?
¿Por falta de pertenencia a un grupo o sector?
¿Por vergüenza? ¿Por temor?
No hay ninguna razón para ello.
Tu expresión es tu voz. Su timbre, su caudal.
Y lo que eliges decir.
Tu expresión es tu obra. Su tinte, su emoción.
Y lo que eliges construir.
Tu expresión es tu mirada. Su forma, su actitud.
Y lo que eliges observar.
Tu expresión es tu caricia. Su calor, su manera.
Y a quien eliges alcanzar.
No calles tu formas. Entrégalas en cada huella.
Esa, y no otra, es la forma que tienes de sembrar, de sembrarte.
Olga Sain .
©Derechos Reservados
Esto no es algo nuevo.
Cada ser es único en su expresión,
aunque intente parecerse a otros.
Aunque así lo dicte su educación,
los modales aprendidos, su acentuación,
las reglas de convivencia, las de la existencia,
y supervivencia, por qué no.
Cada ser es único en su expresión.
¿Por qué entonces callarla?
¿Por qué silenciarla por distinta?
¿Por falta de pertenencia a un grupo o sector?
¿Por vergüenza? ¿Por temor?
No hay ninguna razón para ello.
Tu expresión es tu voz. Su timbre, su caudal.
Y lo que eliges decir.
Tu expresión es tu obra. Su tinte, su emoción.
Y lo que eliges construir.
Tu expresión es tu mirada. Su forma, su actitud.
Y lo que eliges observar.
Tu expresión es tu caricia. Su calor, su manera.
Y a quien eliges alcanzar.
No calles tu formas. Entrégalas en cada huella.
Esa, y no otra, es la forma que tienes de sembrar, de sembrarte.
Olga Sain .
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