Hay un instante cada día
en que mis manos
osadamente desean
volver a sentir
tu piel entre sus yemas.
Tu aroma volviendo a nombrar
la ofrenda del amor,
y los latidos que al unísono
sembraban el tiempo de la espera.
Hay un instante cada día
que nutres mi vida con tu huella.

Olga Sain .
©Derechos Reservados


Comentarios