El poema más bello nació con tu mirada
desnudo de palabras sin ropajes tus ojos:
a lo lejos cantaban las calandrias.

El más triste es el tiempo de tu ausencia,
que me arrastra, en las noches, errante
a buscarte nocturna en las estrellas.

Mi corazón y el tuyo, versos solos,
sufren sin la rima y el ritmo de los besos.

El poema más corto, breve
silencio, grito,
dolor y risa
lo escribiremos juntos
sobre la vastedad azul del cielo.

Olga Maria Sain
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