Podría decirte que las calles vestían de soles esquivos.
y los árboles parecían aún más altos.
que mis pasos se erguían entre la gente
y andaba más despacio, sin embargo.
se distinguía reflejado en la acera el brillo húmedo de mis labios,
había lluvia en mis ojos y un viento interno despiadado.
el paisaje casi me hablaba.
Y a veces su grito me espantaba
los edificios danzaban y saludaban mis giros.
los que hacía por saber si venías detrás, si me seguías;
las ventanillas de los trenes detenían las imágenes.
Tanto, que me dormía al pensarte.
Me distraje entre los sonidos de un joven que roncaba a mi lado
¿Con quién soñaría? Tal vez, con un amor lejano.
Hoy he salido a buscarte queriendo encontrarte.
No estabas
y simplemente te extrañé.

Olga Maria Sain
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