Te dedico

Te brindo el milagro de las aves en vuelo,
el perpetuo desvelo que la vida sembró,
las pequeñas semillas que brotaron de nuevo
de ese día apurado que al final se secó.

El ocaso y la noche que soltándose el pelo
estiraba el encuentro más allá de los dos,
te dedico la luna que ahora vive en el cielo
y versos aromados que guardé en una flor.

Te regalo la estrella que antecede al lucero,
la razón del jazmín que eligió ese color,
te dedico la pena que encontró su consuelo,
las esquirlas del alba dando en el corazón,
las espinas de viento con aroma a poleo,
te dedico los hijos, te dedico este amor.

Te doy el mar vivo que hay detrás del Mar Muerto
con las olas y el puerto de un país de crayón,
la leyenda del barco que se hundió en el desierto,
con canciones perdidas que no hablaban de vos.

Te dedico los viernes que colgué en el ropero,
el detalle de invierno de las siestas de sol,
invisibles pancartas de incontables “te quiero”,
las esquinas del tiempo que el descuido dobló.

Te dedico las tardes que sin luz se me fueron,
el cuaderno de rimas, su infinito renglón,
el verde de las hojas que en abril no cayeron,
el azul que en tus ojos se me vuelve marrón,
la inocencia perdida, estos miedos que tengo,
te dedico los hijos, te dedico este amor.

Olga Maria Sain
©Derechos Reservados



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