Fin

No estabas allí cuando ella partió
yo sí : Estaba mirando sus manos,
redondas, hermosas, blancas como lunas llenas
Ella fue creciendo como nube blanca,
todo un universo, los soles, tormentas
cabían en su sonrisa transparente y clara.
Sus pasos livianos no dejaban huella,
mas ése día se fue, sin mirar atrás.
Ya no vi sus manos blancas como lunas,
suaves como nubes,
se marchó con ellas agitando el aire,
robando mi aliento
difuminando su ser en el camino
diciendo adiós a su inocencia.

Olga Maria Sain
©Derechos Reservados



Comentarios