Las manos, ellas, las que acarician
mansas , sin alcanzarte,
saben que al nombrarte
te llegan y se posan
Sacuden las distancias
y arremeten confiadas
el viaje necesario y feliz
que te llegue en versos
Se suavizan y confortan,
entre las sábanas que rozan
tu piel allá. Mi piel- hoguera
Entre los sueños compartidos,
hacen nido creando un cielo nuevo.
Comulgan con mis manos un te amo
se estremecen, uniéndose y temblando
Los latidos se sumergen
en la humedad del deseo.
Y somos fuente, sed, hambre
Ellas que acarician
sin fin , sin alcanzarte,
saben que al nombrarte te tocan.
Olga Maria Sain
© Derechos Reservados
mansas , sin alcanzarte,
saben que al nombrarte
te llegan y se posan
Sacuden las distancias
y arremeten confiadas
el viaje necesario y feliz
que te llegue en versos
Se suavizan y confortan,
entre las sábanas que rozan
tu piel allá. Mi piel- hoguera
Entre los sueños compartidos,
hacen nido creando un cielo nuevo.
Comulgan con mis manos un te amo
se estremecen, uniéndose y temblando
Los latidos se sumergen
en la humedad del deseo.
Y somos fuente, sed, hambre
Ellas que acarician
sin fin , sin alcanzarte,
saben que al nombrarte te tocan.
Olga Maria Sain
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