Era casi nada ,
un pespunte ondulante
de mal trazado ,
entre nudos de un tosco hilo
en la seda desgastada .
Pero eso bastaba
para aventar gritos
en el polvo de las cunetas...
¿su nombre ?
No tenía nombre ,
ni país , ni siquiera un idioma,
no tenía sueños que tejer,
solo un fragmento de vida,
un aliento sincopado
en la fatiga
del hambre , la sed y el ansia .
Y sin embargo ...
el alma intacta brillaba
en las costras de su piel,
en la rojez de sus ojos
quemados por el sol...
Lava sus manos en los charcos,
humedece su cabello
cuando cae la lluvia ,
limpia su traje raído hasta las costuras en los setos ,...
La lealtad le libera
de ciénagas adornadas ,
de suscripciones de una lápida .
Su tumba será el horizonte
bajo las rocas
en las ruinas de un santuario,
olvido del tiempo,
desahucio de dioses ...
Solos él y la nada
envuelta en el reflejo de la luna
sobre el rocío de la noche.
¿Quien comprende la locura
cuando traspasa su propio límite?
Olga Maria Sain
© Derechos Reservados
de mal trazado ,
entre nudos de un tosco hilo
en la seda desgastada .
Pero eso bastaba
para aventar gritos
en el polvo de las cunetas...
¿su nombre ?
No tenía nombre ,
ni país , ni siquiera un idioma,
no tenía sueños que tejer,
solo un fragmento de vida,
un aliento sincopado
en la fatiga
del hambre , la sed y el ansia .
Y sin embargo ...
el alma intacta brillaba
en las costras de su piel,
en la rojez de sus ojos
quemados por el sol...
Lava sus manos en los charcos,
humedece su cabello
cuando cae la lluvia ,
limpia su traje raído hasta las costuras en los setos ,...
La lealtad le libera
de ciénagas adornadas ,
de suscripciones de una lápida .
Su tumba será el horizonte
bajo las rocas
en las ruinas de un santuario,
olvido del tiempo,
desahucio de dioses ...
Solos él y la nada
envuelta en el reflejo de la luna
sobre el rocío de la noche.
¿Quien comprende la locura
cuando traspasa su propio límite?
Olga Maria Sain
© Derechos Reservados
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